Felicito al autor de este libro de recetas sencillas. La idea de Mario es estupenda dada la gran cantidad de publicaciones que existen al respecto, pero casi siempre con ingredientes que, muchas veces, no están a nuestra mano o simplemente desconocemos. Esto no quiere decir que si en algún momento, deseáramos desarrollar nuestra creatividad, nos enfrasquemos con alguna receta de esas atractivas y que nos pongamos un reto a ver que sale de ella
Personalmente pienso que debemos cuidarnos lo mejor posible y nada más práctico que hacerlo diariamente a través de la buena alimentación y de los alimentos. Esto se suele traslucir, de una manera genera,l en una vida más sana. Cuando disfrutamos de la comida, una sonrisa transforma nuestro rostro. Y uno queda satisfecho, no solamente por lo que hemos comido, sino también por lo que hemos hecho, o sea nuestra comida.Y lo que hemos hecho, lo hemos realizado con entusiasmo y cariño. Disfrutamos pues con lo realizado, además de darnos ese placer culinario que siempre va aparejado al paladar.¿Puede ser el mismo amor que los que disfrutan con la
programación?. Además, cuando uno cocina puede experimentar con los ingredientes, aunque a veces el tiempo no te lo permita, iniciando un proceso pequeño de creatividad y disfrute. Amén del otro disfrute, esto es; el de compartir la hora de la comida. Aunque cada vez más es casi imposible de hacerlo, dado los horarios a los que nos vemos sometidos en los trabajos, en ambientes de estudio etc. Personalmente me encanta saber que, después de un día de trabajo fuera de casa, regreso a ella para comer y en ese acto hay un relax y un cierto descanso que forma parte de un ritmo de vida más tranquilo.Algo está sucediendo en este hecho que las "Slow cities" lo están llevando a cabo con más ganas y se está imponiendo poco a poco su filosofía. Pero esto es tema para otro hilo...
Me sigue gustando la venta de barrio. Si puedo dejo mi dinero en ella. Es una empresa familiar en la que su dueña o dueño, tiene los productos diarios frescos, se preocupa por tenerlos para sus clientes y, si alguno faltara, tengo la seguridad que lo tendré al siguiente día. No me importa esperar; en la espera está la colaboración con esa pequeña empresa que también nos surte diariamente. Para mí es
un toma y daca. Además, estas pequeñas ventas se han modernizado, ya que puedes encontrar desde un buen queso, pasando por un buen vino de mesa y frutas y verduras frescas de temporada. También se hace necesario algún dulce a la hora del café. Mantienen la filosofía del
tendero de la esquina en el que no pasas a ser un frío cliente, sino que además hay un intercambio grato de relaciones afectivo-sociales.
El mercado es otro sitio que me gusta para llenar mi despensa o mi cesta de la compra. Allí mis sentidos se optimizan y más que la simple compra, pasa a ser una sinfonía de placeres olfativos, visuales y gustativos.
O sea, que comer por los sentidos también existe. O al menos a mi me lo parece
.
Lo dicho, felicidades al autor por esta iniciativa, aparentemente sencilla, pero muy cercana y práctica que nos podría ayudar a muchos que gustamos de la comida y sus placeres.