Hola a todos. Cuando estaba casi decidida a adquirir un e-reader, hace a penas muy poco tiempo, resulta que ya se me había pasado el tiempo para disfrutarlo y parece ser que se va quedando casi .He sentido la necesidad de tener un aparato de esos, de los de leer simplemente entre mis manos, pues hay publicaciones en medios digitales a las que no puedo tener acceso, ya que no están publicadas en libros de papel impreso. Muy a mi pesar. Decido pues comprar uno. Pero cuando voy a dar el paso, resulta que ya ni tan siquiera debo de hacerlo porque saltan, rápidamente y como hongos, las tablets y los I-pads llenándose el mercado de marcas, memorias, distintos tipos de pantallas, de colores, de pulgadas, en blanco y negro etc. para qué seguir enumerando. Hago mi consulta a quienes van por delante de mí en esto de las nuevas tecnologías y su opinión es la que sigue; ya que vas a dar un dinero hazte con una buena tablet que te sirve para leer, ampliar la letra según tus necesidades, acceder a internet y todas sus posibilidades, tiene cámara de fotos, puedes usarla como teléfono desde cualquier sitio en que estés, puedes llevarla fácilmente en tu bolso ya que no pesa casi nada, e muy intuitiva y, lo mejor, la puedes llevar de viaje contigo cuando te venga en gana.
Se me pusieron los dientes largos cuando tuve una entre mis manos a modo de préstamo, porque toda esa accesibilidad la podemos tener hoy en día favoreciendo de alguna manera nuestro mundo. Pero leyendo a Alex en su estupendo artículo me hace reflexionar y me asalta de nuevo la duda de si debo dar el paso o no. De si es una necesidad creada o no, de si es un consumismo por el consumismo en sí mismo. Porque en realidad yo tan sólo necesito, de momento, un e-reader para tener acceso a lecturas que están siendo publicadas pura y exclusivamente bajo soporte digital y que de otra manera no voy a tener acceso. Evidentemente hay muchas de ellas, de las lecturas, que las puedo bajar gratuitamente a mi PC, pero me resulta algo incómodo tener que fijar la vista durante largo tiempo a la pantalla de mi ordenador de mesa para leer simplemente. Y desde luego no las puedo llevar cuando me voy de viaje.
Visto lo visto y leído lo leído me hago una reflexión de si no se estarán poniendo a la venta aparatos y más aparatos como a cuenta gotas y ampliándolos cada vez que sacan uno nuevo al mercado, modificando su memoria, su color, su peso, su grosor…etc. para vender más y dejar aparcadas las anteriores adquisiciones. Parece consumo y sólo consumo.
Yo no manejo, como Alex, ese tipo de “calculadora” que tan bien ha descrito en su artículo. No la necesito para mi trabajo y tampoco la necesité nunca, ya que mis estudios fueron por la rama de las letras que no de ciencias. Sin embargo, sí que me ha dado pie a reflexionar sobre todos las demás calculadoras que se pusieron a la venta en esa época y que quedaron por el camino. Evidentemente cada estudiante haría uso de su calculadora según sus necesidades, pero me planteo que si ya desde ese entonces existía este tipo de “cuasi ordenador portátil” ¿cómo es que no adelantaron más rápido los portátiles e incluso los llamados e-readers o las tablets actuales? Sabemos que la tecnología va avanzando y actualizándose según los descubrimientos ante nuevas necesidades. Pero no sé qué hay de cierto en que si no estás al día en las nuevas tecnologías parece que te vas quedando desfasado. O eso es lo que interesa vender…
Tengo un ordenador portátil que suelo llevar a lugares en los que no hay ni tan siquiera conexión telefónica pero que, con un pincho de esos de USB, se me abren múltiples ventanas al exterior, nuevas perspectivas de aprendizaje y comunicación cada vez que lo uso. Me siento en común unión con el mundo exterior y todo su abanico de posibilidades, pero no puedo dejar de reconocer que una tablet de esas de ahora, se presenta como un caramelo ante mis ojos. Y que conste que tampoco soy amante de las nuevas máquinas así porque sí. Nunca he estado por la labor del consumo por el consumo, más bien lo hago por los beneficios que me puedan aportar y por el desarrollo del conocimiento y del aprendizaje. Pero si cada vez que intento decidirme a dar el paso lentamente y pensando en sus pros y sus contras como es habitual en mi, entra una nueva fragancia más sutil, más enamoradiza, más táctil y dúctil y más completa, pues me veo en la tesitura de seguir haciendo uso de mi vieja máquina de escribir Olivetti “per saecula saeculorum”. Y tampoco es eso. Me hubiera perdido haber estado compartiendo estos foros, otros similares y múltiples contactos, por poner algún ejemplo.
Ahora necesito que alguien me aconseje o me ayude a decidir ¿e-reader o tablet? ¿tablet o IPad? ¿8 pulgadas, 11 pulgadas? Valoro mucho que Alex no quiera desprenderse de su “clásico”, leyendo todo el desarrollo de su escrito, al igual que él, creo que fue un adelanto para su tiempo y que tuvo buena decisión y buena cabeza al haber optado a esa joya; pero en este caso yo lo único que quiero es leer libros a los que sólo tengo acceso de manera digital. Y visto lo visto es lo que se va imponiendo.
Saludos